Tras una semana de reflexión, aquí estoy de nuevo. Vienen tiempos difíciles. Estrés, agobio, exámenes pero aún así he conseguido sacar algo de donde no hay nada. Son las 12:30 y estoy tumbada en la cama viendo gran hermano. Hoy especialmente me apetecía escribir porque os lo prometi porque se que es necesario y porque estas lineas son solo para vosotras. Para ellas, mis amigas. La verdad es que no se que estarán haciendo en este momento supongo que algunas estarán estudiando, otras celebrando el fin de exámenes, otras como Sandra escribiendo una carta y otras llamando por el oovo intentando hacer una videollamada cuando en el fondo saben que por mucho que lo intenten no lo conseguirán. Mis amigas son esas a las que se las oye a mil kilómetros de distancia sin importarlas quien las oiga, ellas no discuten de una manera normal, ellas sí hace falta gritan de una punta a otra empeñadas en defender algo que saben que no tienen razón. Mis amigas son esas personas que aunque no quieras te hacen reír de la manera más tonta posible, son capaces de sacarte a la calle aunque no quieras y sí hace falta te vienen a buscar a casa y hacen que te vistas delante de ellas. A ellas no les vale un a lo mejor o un puede, a ellas les tienes que decir un siempre. No tienen ningún problema en llamarte a las tantas de la noche solo para decirte que sí estas dormida y tampoco les importa ponerse a hablar por radiopatio aunque ninguna conteste. Ellas no se tropiezan por la calle, ellas se caen rodando por las escaleras o en mitad de un paso de cebra. Mis amigas no son normales, y por eso son mis amigas. Cada una aporta una cosa diferente que sin querer hacen que un día cualquiera veas las cosas de un modo diferente a como eran en un principio. Cuanta suerte tengo. Nadie apostaba por un grupo tan grande y después de 16 años aquí seguimos. Se quiénes están a mi lado.
"Desde un lugar de Madrid" me despido con intención de volver lo antes posible.
Gracias...
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